Transformaciones Orquestales
Transformaciones Orquestales, es un proyecto de creación musical desarrollado desde el Departamento de Danza de la Universidad de Chile, los años 2018 y 2019.
El mismo desarrolla una metodología de creación sobre la relación entre intérprete y espectador explorando dispositivos de improvisación, con dos orquestas juveniles: Orquesta SIP y Orquesta EMO, ambas de la Red de Colegios SIP. En esos años ambas orquestas se reunían para ensayar en el Colegio Eliodoro Matte Ossa de la Comuna de San Bernardo, bajo la batuta del mismo director.
La orquesta SIP, donde participaron cerca de 25 niñ@s y jóvenes músicos, era una orquesta con experiencia en la interpretación musical. Entre el 2016 y 2017 montaron la ópera Orfeo y Eurídice y en el 2017, 2018 y 2019 realizaron el montaje del musical Los Miserables.
La orquesta EMO, reunía un número aproximado de 45 niñ@s y jóvenes, con menor experiencia musical, aunque también contaba con algunos miembros de la Orquesta SIP.
A ambas orquestas había tenido la oportunidad de conocerlas trabajando diversas temáticas técnico interpretativas con su director, y es desde ahí que surgió la inquietud de escribirles una obra, como una oportunidad de investigar en la práctica creativa específica, los resultados sonoro musicales y estéticos que surgen de la aplicación de metodologías de improvisación que indagan en esta relación entre intérprete y espectador.
El proyecto se articuló en tres temáticas: performatividad musical, construcción de subjetividad y transformación estética del entorno por medio de la música.
La Performatividad Musical se desarrolló desde la “consideración de un continuo entre mente y cuerpo en la acción interpretativa” y de este modo reflexionar sobre los “aportes de la disciplina de la danza en la recuperación de una noción corporal en el hacer música” en una búsqueda que intentará lo contrario a centrar la interpretación en el soporte escrito de la música en su dimensión autónoma y absoluta por sobre el intérprete y el receptor (COLOMA E. e IBAÑEZ T. 2014: 71 y 72). Para ello, se realizaron dos módulos de improvisación:
Módulo de improvisación corporal, a cargo del coreógrafo Allan Muñoz, en que se buscó investigar sobre las relaciones entre sonido, espacio y movimiento en el reconocimiento de las relaciones cuerpo e instrumento.
Módulo de improvisación musical, en que a partir del material elaborado con el coreógrafo, se incurrió, bajo mi dirección en juegos de improvisación musical con los instrumentos, buscando incorporar de manera consciente, la corporalidad y su movimiento en la producción de sonido.
Para la Construcción de subjetividad, se trabajó desde las relaciones entre individuo y comunidad tomando en cuenta el binomio “arte e identidad, identidad y arte; concibiendo la identidad contemporánea no como un hecho fáctico, sino como un potencial abierto en continuo proceso de construcción” (GARRO-LARRAÑAGA O. 2013: 256). En ese sentido el trabajo performativo musical de los niñ@s y jóvenes intérpretes de estas dos orquestas, no solo surgió de la construcción de material subjetivo dado a través de la relación entre ellos y sus instrumentos sino también a través del reconocimiento de las lógicas relacionales derivadas de la práctica del ensayo, lo cual forma parte de la identidad que construye cada orquesta, considerando también la territorialidad del espacio donde la actividad se desarrolla.
Finalmente, la idea de Transformación del entorno por medio de la música, se consideró desde las apreciaciones del arquitecto contemporáneo Francesco Careri en su libro “Pasear, detenerse”, en que nos muestra prácticas para explorar los lugares y estar en ellos, como también “intentos de abrir vías posibles que permitan expandir el campo de acción de la arquitectura, abandonar la claustrofóbica habitación disciplinar e iniciar una aventura capaz de ir transformando el mundo” (CARERI F. 2016: 7 y 8).
En ese sentido, el interés estuvo en que a través de prácticas derivadas de la música, se exploraran también, a modo de Careri, algo así como lugares sonoros de otros y estar en ellos, para expandir el campo de la composición más allá de la realización de partituras que traducen un imaginario subjetivo que sólo pertenece al/la compositor/a para, quizás no transformar el mundo pero sí, estrechar los lazos entre arte contemporáneo y ciudadanía, en la recuperación de una posible función político/social por parte del artista (COLOMA 2000: 100-104) .
El proyecto contempló finalmente la construcción de partituras dedicadas a estas dos orquestas, incorporando las inquietudes, las sonoridades y los modos de relacionarse de estos niños y jóvenes, las cuales se fueron traduciendo en el montaje de las mismas, que a su vez producía nuevas innovaciones que se iban incorporando a la partitura. Finalmente los niños y jóvenes realizaron 3 conciertos, uno en el Colegio Eliodoro Matte Ossa en San Bernardo, otro en el Centro Cultural de Pedro Aguirre Cerda y el último en la Sala Isidora Zegers de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. El proceso de este trabajo quedó documentado en una realización audiovisual producida por Pejeperros Films, que fue estrenada en el contexto del Foro de las Artes en el Campus Juan Gómez Millas de la misma Universidad.
Enlaces de difusión del proyecto:
https://www.uchile.cl/agenda/158287/mesa-de-conversacion-la-educacion-artistica-en-la-universidad
https://www.youtube.com/watch?v=KXIO0FfPpVk
01. OBJETIVOS
El proceso de creación de las dos obras de improvisación para la Orquesta EMO y la Orquesta SIP, se fundamentó en los siguientes dos objetivos del proyecto:- Componer dos partituras para orquesta de escritura no formal en base a dispositivos de improvisación que conjuguen sonido, espacio y movimiento en el reconocimiento de las relaciones cuerpo e instrumento como también individuo y comunidad.
- Generar dispositivos de improvisación orquestal que conjuguen sonido, espacio y movimiento en el reconocimiento de las relaciones cuerpo e instrumento/individuo y comunidad.
02. CRONOGRAMA
Al inicio del proyecto coordinamos en conjunto con el equipo conformado por Héctor Echeverría, director de las orquestas SIP y EMO 2018; Alan Ibáñez, coreógrafo; Esteban Muñoz y Valeria Fuentes, realizadores audiovisuales; y yo, como compositora, un cronograma de trabajo que nos permitiera aprovechar al máximo los encuentros con l@s niñ@s y jóvenes de las orquestas, sin intervenir en demasía el calendario escolar de ell@s. De este modo, el proceso de creación y los resultados, incluidos los conciertos, debían desarrollarse en 11 encuentros con las orquestas entre septiembre y diciembre en el Colegio Eliodoro Matte Ossa ubicado en San Bernardo:
03. OBSERVACIÓN ORQUESTAS
Junto a Alan, coreógrafo, realizamos al inicio del proceso dos visitas a los ensayos programados de las orquestas. Una visita para cada una. El día sábado 22 de septiembre, entre 10:00 y 14:00 hrs. asistimos para observar la Orquesta SIP y el miércoles 24 de octubre, entre 15:00 y 17:30 hrs. a la Orquesta EMO. En estas visitas nos sentamos a un costado a mirar cómo era la interacción entre ell@s y con el Director, Héctor. Observamos las diferentes fases del ensayo, y como l@s músicos, estudiantes y profesores, dialogaban, se reían y tocaban (relación individuo comunidad, entendiendo la comunidad como la orquesta). Tratamos de distinguir las situaciones de mayor disfrute versus las más problemáticas, y cómo resolvían en conjunto cada una. Observamos sus corporalidades en relación al instrumento, como se movían al tocar la música, como estaban distribuidos en el espacio de la sala, como leían sus partituras, como miraban al Director, y como el Director a través de su lenguaje corporal y verbal se comunicaba con ell@s a favor del resultado sonoro que lograban en conjunto (relación cuerpo e instrumento). Sacamos fotos, tomamos apuntes, y paseamos por la sala tratando de observar desde diferentes ángulos. En un momento, Héctor nos presentó. Varios de l@s niñ@s ya me conocían, pero a Alan era la primera vez que lo veían. Les contamos de manera general en que iban a consistir las próximas visitas que realizaríamos, sin la certeza de que realmente entendían de qué se trataría el tipo de ensayos que llevaríamos a cabo en conjunto. De la visita a la Orquesta SIP, donde estaban ensayando el Musical Los Miserables, transcribo desde mis apuntes el siguiente comentario: “Héctor va cantando en falsete las partes de diálogo vocal. Héctor va cortando las partes, poniendo énfasis, con suavidad, en los finales y comienzos de frases. Cuando para y da indicaciones a la profesora de flauta, ella a su vez da indicaciones a sus estudiantes de manera susurrada, mostrándoles cómo solucionar la propuesta del Director”. Esta forma de relacionarse, me habla del trabajo en equipo que se da entre tod@s y por tanto la existencia de una comunidad (la orquesta) y sub comunidades (los profesores de instrumento y sus estudiantes agrupados por la cuerda instrumental que comparten). Los vínculos entre ambas, se convertirán en materialidades fundamentales a considerar en la creación de dispositivos de improvisación que articulan la partitura final. Posteriormente, de la visita a la Orquesta EMO extraigo el siguiente apunte; “Al llegar hay murmullo de instrumentos. Héctor, el director, espera pacientemente el silencio. Éste se produce y se mantiene durante el montaje de la primera obra (Un arreglo sobre la música de la película ‘La Misión’). No hay urgencia, hay calma. El trabajo está centrado en la figura del director. Se siente una confianza extrema en la figura del director. Pareciera centrarse todo en su responsabilidad. Se destaca la idea de punto de encuentro”. En la Orquesta EMO hay diversidad de edades, niñ@s pequeños y adolescentes. Héctor los agrupa de manera que colaboren, su conducción es fundamental para que el ensayo resulte. Esta configuración de la comunidad de la orquesta EMO contrasta con lo observado en la Orquesta SIP, la cual tiene un número reducido de participantes en edades similares. El Director con su actitud corporal de espera paciente del silencio, logra la unión entre ell@s. El contraste entre esta diversidad y esta unión será relevante en la partitura.04. MÓDULOS DE IMPROVISACIÓN
Junto a Alan organizamos las sesiones considerando dos módulos en cada una. El primero, movimiento – espacio, lo dirigiría él; el segundo, movimiento – espacio – sonido, lo dirigiría yo. La idea general fue comenzar el movimiento desde la sincronía rítmico sonora (partir de algunos audios musicales que insistían en patrones rítmicos y ostinatos), para luego conectar este movimiento con la acción de tocar (en mímica, sin instrumentos) concientizando la importancia de la respiración, la gestualidad rítmica de las extremidades en un continuo entre cuerpo e instrumento, y la incorporación de todo el esquema corporal de l@s niñ@s y jóvenes construido en su hacer música instrumental, en función de la sensación de tocar música. De la experiencia de este sentir, se propuso varias instancias de creación sonora en representación de un imaginario que les perteneciera a ell@s en su conjunto. Un paisaje creado colectivamente compuesto por diversidad de sonidos. El sábado 13 de octubre llegamos al colegio Alan, Esteban (realizador audiovisual y su equipo), y yo. Habíamos preparado la actividad a partir de lo que habíamos observado en la visita de septiembre y adicionalmente queríamos registrar audiovisualmente la actividad, buscando imágenes para el documental del registro del proceso. Luego, el miércoles 7 de noviembre repetimos el mismo esquema con la Orquesta EMO, en relación a la visita realizada en octubre. Posteriormente a la realización de la actividad, pedí a Alan que pudiera escribir sus impresiones, lo cual transcribo a continuación:MODULO DE IMPROVISACIÓN EN BASE A DISPOSITIVOS COREOGRÁFICOS, ORQUESTA SIP
“Mis impresiones sobre la actividad “dispositivos coreográficos” efectuada el día sábado 22 de septiembre, con el grupo de jóvenes de la orquesta SIP, en un primer nivel radican en la libertad y confianza a nivel personal y grupal de éste. Al momento de comenzar la actividad se podía observar en el grupo poca confianza en ellos mismos y con el entorno y por lo mismo, un muy pequeño rango de libertad en su ser sujeto dentro del grupo, con esto hablo, como músicos, como amigos, como cuerpo, como sujetos expresivos. Desde aquí es de donde se desprende la actividad y las apreciaciones de esta. En el transcurso de la actividad y luego de haberla finalizado pude darme cuenta de cambios importantes a nivel corporal, tanto físicamente como en la conciencia y percepción de ésta. Al concientizar la porción del cuerpo que realiza la acción al tocar el instrumento, las y los chicos pudieron soltar su musculatura y con esto propiciar un rango articular mayor, dando libertad a la articulación y así mismo mayor expresividad a la acción. Del mismo modo, al ser consciente de la porción del cuerpo con que tocan, también pudieron sentir su cuerpo entero integrado a aquella acción, punto importante en la comprensión de su disciplina, el cual genera un cambio de paradigma importante al momento de interpretar. En este sentido, el poder visualizar sus centros (de peso y de las emociones) del cuerpo generó, al repetir la actividad de imaginar tocar su instrumento, poder vincularse con el peso de la música, propiciando una mejora intuitiva en la agógica y dinámica del movimiento. Uno de los ejercicios importantes que propiciaron libertad y un entendimiento global del cuerpo, fueron los rebotes y saltos, al conectar el tren superior e inferior con el tempo y el flujo del peso de su cuerpo y con esto, la música. Del mismo modo, la posibilidad de mover su cuerpo hace necesaria la acción de oxigenarse y con esto respirar. La mandíbula, el cuello, el plexo solar y el torso se liberan generando mayor capacidad respiratoria y con esto mayor tranquilidad y libertad al momento de estar. Las actividades de sentir la música, su intensidad, su tempo, sus ritmos y cambios, con esto sus secciones y la pieza entera, generó también que sintieran la música que ellos habían tocado y estaba siendo reproducida de forma completa, como un gran viaje propiciando un camino mucho más expresivo. En este sentido, puedo inferir que la expresividad en el grupo tiene que ver con el ser sensible, pero primordialmente, y ante todo con la libertad y la confianza. La libertad de mover, de tocar, de estar con el otro, tocar en conjunto, mirarlo y que me mire cuando estoy haciendo en mi soledad, construir en conjunto. Poder jugar con otro y confiar en él, así mismo el confiar en uno mismo y saber que sus decisiones son válidas siendo sus maneras de crear, valida el trabajo del otro, pudiendo crear y componer en conjunto. Esa confianza genera libertad la cual se pudo ver en el transcurso de las actividades, sobre todo en aquella que salían en dúos repitiendo una célula de movimiento el cual ellos debían modificar. Es importante el hecho de entrar con todo el cuerpo realmente en la música, sobre todo en la que ellos tocan, sentirla no solo con la cabeza o con el oído, sino que con todo el cuerpo, generará mayor libertad y la posibilidad de volver a ser niños y niñas, imaginando y abriendo otros lugares sensoriales. Se puede ver al final de las actividades, tanto con los comentarios como con los resultados corporales, la necesidad de ellos de disfrutar lo que hacen, jugar con aquello y con esto sentir la música y emocionarse con ella. El ser sensibles con su cuerpo a la música, generó sensibilidad a lo que ellos tocan.”MODULO DE IMPROVISACIÓN EN BASE A DISPOSITIVOS COREOGRÁFICOS, ORQUESTA EMO
“Mis impresiones sobre la actividad “dispositivos coreográficos” efectuada el día 7 de noviembre, con el grupo de jóvenes de la orquesta EMO, a diferencia de la orquesta SIP radican en la metodología y el espacio como organizador. Al momento de presentar la actividad, todo el grupo se veía comprometido con el hacer. Sin embargo, al comenzar con ésta, el grupo se desestabilizó ya que el rango etario era muy grande, habiendo niños y niñas de muy corta edad y adultos, por lo que los ejercicios sólo podían dialogar con uno de ellos generando que la atención se dispersara. La primera actividad era cerrar los ojos, percibir el cuerpo y luego tocarlo con las manos. Esta fue muy difícil de llevar a cabo dado que las y los más pequeños reían y no podían concentrarse en la calma y el silencio por lo que la actividad tuvo que ir variando haciendo mover el cuerpo, soltarlo, liberar la voz, la risa, las articulaciones al sacudirse por completo. Desde aquí en adelante las actividades tuvieron que tener ciertas modificaciones que se fueron realizando en el presente. Es importante entonces, volver a la idea fuerza del proyecto, que es generar material con ellos, con el grupo, identificando sus características, diferencias respecto a los otros grupos, y trabajar conociendo al grupo y en relación a quienes son; desde ellos, desde su identidad. A diferencia de la primera experiencia con la orquesta SIP, como habían algunos de aquel grupo, se generó un espacio de mayor confianza y libertad. Nuevamente el rebote generó la capacidad de entrar en el ritmo de la música, y al mismo tiempo, encontrar un pulso organizador del grupo, volviendo a este a cada momento, cuando la atención se dispersaba. Ya que era un grupo grande, además del rebote como movimiento organizador, el espacio adquirió total relevancia para este trabajo. Ya cuando todos y todas habían entrado en la dinámica de articular su cuerpo e identificar aquellas partes de éste que utilizaban más al tocar su instrumento, organicé el grupo en cuatro espacios distintos, generando un cuadrado con grupos de gente en las esquinas, pudiendo estar yo en el centro para así guiar y observarlos a todos y todas. Los grupos se organizaron respecto a los lugares del cuerpo que movieran más al tocar su instrumento, estos fueron: Las manos y brazos, las piernas, la cabeza y el torso. Desde aquí crearon ellos tres movimientos con aquellas zonas del cuerpo, con las cuales fuimos explorando tal como una orquesta con cuatro voces, generando cambios de intensidad respecto al volumen del cuerpo y a la energía puesta en el movimiento. En este sentido pudimos trabajar y con esto comprender que para hacer las distintas expresividades y dinámicas al tocar, deben ser estas realizadas con el cuerpo y con esto pudimos crear además una pequeña composición corporal y espacial respecto a las masas en movimiento. En la última actividad, se volvió a realizar el ejercicio de cerrar los ojos y percibir la respiración y el cuerpo, resultando esta vez, ya que toda la energía contenida que se derramaba al principio de la actividad fue liberada, el cuerpo suelto, la musculatura más relajada y con menos tensión. Se puede observar entonces la necesidad de entrar en el cuerpo. Entender a este como el principal instrumento, saber utilizarlo, moverlo en todas sus capacidades para tocar el instrumento y tener mayor libertad expresiva e interpretativa. Al mismo tiempo, el movimiento como un catalizador de la energía y la concentración, como un liberador de tensión y junto con el espacio como dos organizadores grupales.” Luego de este trabajo se realizó el segundo módulo, en búsqueda de dispositivos de improvisación sonoro musical con sus instrumentos. El dispositivo lo consideramos como una instrucción tipo premisa que permita desarrollar una idea musical y/o sonora que vincule su corporalidad y el instrumento. Nuestro objetivo para ese día, entonces, era encontrar material para desarrollar estos dispositivos. Pues, a través de la interacción entre movimiento – espacio – sonido dado en los diferentes ejercicios propuestos, se indagaría en los gustos, deseos y sonoridades musicales prioritarias para l@s niñ@s y jóvenes de estas orquestas, y ello se configuraría posteriormente como un dispositivo para desarrollar una improvisación sonoro musical con sus instrumentos, registrada en una partitura. Para la elaboración de los ejercicios, seleccioné fotos que había tomado en la etapa de visitas y las nombré según algún aspecto que me pareciera relevante de la interacción que se daba entre ell@s. Destacando un objeto, una actitud, una situación, etc. Por ejemplo, una foto, en que aparecen algun@s estudiantes de espalda y se observan los arcos. Ésta la llamé así, “arcos”. Escoger una imagen en que están en silencio escuchando al director con el arco de su instrumento en posición vertical me hizo pensar en la necesidad de integrar estos momentos de espera que no son sonoros pero que hacen parte del ensayo y de aquel momento significativo para l@s niñ@s: NOMBRE DE LA FOTO: “ARCOS” (Orquesta EMO)



05. PRIMER BOCETO DE PARTITURAS
Para realizar las partituras en base al material que tenía, organicé en primer lugar aspectos de las fotografías de la primera visita con nombres, de los apuntes del trabajo de dispositivos coreográficos y musicales, de los videos y de las respuestas a las preguntas un primer diagrama que me daba algunas ideas sobre cómo abordar estos dispositivos. Lo hice desde la selección de los elementos que para mi fueron más relevantes, y el resultado fueron estos diagramas: ORQUESTA SIP

- Movimiento mínimo para producir sonido
- Exagerar algún movimiento conectado al instrumento para producir sonido
- Hacer un nuevo movimiento fuera del sonido pero que se relacione a él
- Lo importante es el movimiento y la performance corporal no el sonido
- El cuerpo se hace parte del sonido




- PARTITURA FINAL

Transformaciones Orquestales I
Obra de improvisación creada especialmente para los jóvenes de la Orquesta SIP y su director.
Transformaciones Orquestales II
Obra de improvisación creada especialmente para los jóvenes de la
Orquesta del Colegio Eliodoro Matte Ossa y su director.
EQUIPO

Eleonora Coloma,
Ccompositora y Directora del Proyecto

Héctor Echeverría Godoy
Director Orquestas SIP y EMO

Alan Cristo Ibáñez,
Coreógrafo

Esteban Sandoval Carrasco
Realizador Audiovisual
